abril 07, 2013

Depeche Mode
Delta Machine

Suponemos que la palabra "Delta" se refiere a cambio pero ¿podría realmente cambiar el trío de Essex después de que su momento más creativo ya pasó? Aunque su ausencia discografíca no fue tan prolongada como el letargo de David Bowie, a Depeche Mode sólo le tomó cuatro años para poner en circulación su nuevo álbum, Delta Machine, luego del Sounds of the Universe de 2009. ¿Ha valido la pena esperar un cuatrienio? La respuesta favorece (y desfavorece aunque sea un poco). En sus aspectos más destacables, Delta Machine es un trabajo que no pretende ser el álbum más grandioso o la mayor gran obra maestra de su carrera –es decir, no estamos ante un nuevo Music for the Masses del 87 o equivalentes noventeros como Violator o Songs of Faith and Devotion–, sí está cercano en calidad, digamos, a los milenarios Exciter o al Playing the Angel. Con diez temas de Martin Gore y tres de David Gahan, su nuevo trabajo nos remite a ambientes oscuros y la omnipresencia sensual que característica a DM, vuelve a identificarse a lo largo de los trece cortes que lo conforman; no obstante, este detalle que los unifica no quiere decir que se trate (por fortuna) de un álbum repetitivo y monótono. Las canciones poseen la virtud de ser muy diferentes entre sí (nada hay en común, desde un punto de vista musical, por ejemplo, entre la bluesera y misteriosa “Slow” y la muy synthpopera y simpática “Soft Touch/Raw Nerve”, como no lo hay entre la sequedad minimalista de “My Little Universe” y la exuberancia dramática de “Alone”). Lo anterior no significa tampoco que Delta Machine sea una colección de composiciones deshilvanadas. Cualquiera de ellas suena a Depeche Mode, de eso no cabe duda. “Angel”, “Heaven”, “Broken”, “Should Be Higher” o “Goodbye” para demostrarlo. Lo que hay es una producción que les da un aire de independencia temática y de variedad estilística. Asimismo hay encuentros dulces y conmovedores(“The Child Inside”) y otros intensos y sublimes como (“Secret to the End”). Dentro de los aspectos negativos del álbum, es su pronta caída en la solemnidad (pero bueno, Gore y Gahan tampoco se han distinguido a lo largo de los años por su humorismo). La falta del aprovechamiento de los avances tecnológicos –lo cual es extraño para una agrupación que se acariciaba el sonido futurista en los ochentas y ahora se encuentran sumidos en la resistencia al cambio-, y sus pocos momentos de frescura son los defectos en el engranaje de esta máquina. Con sus puntos en contra y a favor, Depeche Mode afortunadamente conserva intacto su estilo pese a los años -algo que agradecen eternamente sus fans que piden aplausos para todo lo que el trío haga- y de alguna forma se logran anotar un buen álbum para su carrera.

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