mayo 10, 2013

R.A The Rugged Man 
Legends Never Die 

Bueno, el cuento va así: Había una vez un joven rapero blanco llamado Crustified Dibbs que prometía ser toda una revolución en la industria musical. Algunos sellos le tentaron para firmar pero fue Jive Records quien logró contratarlo, así que ilusionado por la fama y éxito que le habían prometido, grabó su disco "Night of the bloody apes" y consiguió que el famoso rapero The Notorious B.I.G. tuviera una aparición en él. Pero el comportamiento inapropiado de Crustified Dibbs con las empleadas del sello daba mucho que desear, así que los ejecutivos decidieron cancelaron su disco y fue vetado. Decepcionado de la industria musical, Crustified Dibbs se dedicó a gastar su juventud en excesos. Luego de una serie malos momentos, poco a poco se recuperó. cambió su nombre y las cosas empezaron a mejorar, se dedicó a escribir artículos para The Source, Hip-Hop XD- Vibe y Complex, hizo apariciones con otros raperos, sacó un álbum y re-surgió de sus cenizas para convertirse en una leyenda subterránea.

Básicamente esta la historia que R.A The Rugged Man ha vendido a lo largo de todos estos años, un hombre que parecía estar acabado hasta que se redime. Cuando Rugged Man sacó "Die Rugged Man Die", había conseguido el reconocimiento con un álbum personal pero al mismo tiempo satírico y crítico. Después de eso, se dedicó a ser un invitado en otros discos y hacer uno que otro cameo. Dado al buen desempeño de su disco anterior y sus apariciones con otros mcees, lo más natural era hacer una secuela, así que cuando anunció su segundo álbum las expectativas fueron altas.

En Legends Never Die las advertencias de lo que supuestamente se tratara el álbum se hacen desde el primer tema ("Still Diggin With Buck") para dar paso al primer single "The People's Champ", el cual hace analogías entre iconos del hip-hop con peleadores profesionales; R.A no ha perdido el toque para conectar punchlines. De hecho, mucho de los temas rotan sobre el eje de los fast flows, destreza y clases de respiración ("Definition of a Rap Flow", "Bang Boogie", "Tom Thum", "The Dangerous Three", "Holla-Loo-Yuh", "Laugh, Clown, Laugh"). Esto no quiere decir que el LP se trata de un absoluto y vertiginoso espectáculo lírico, también hay discursos que describen sin pudor y con toda crudeza, los sucesos/acontecimientos del mundo contemporáneo, la sociedad norteamérica y la manipulación mediática ("Media Midgets", "Learn Thruth" y "Sam Peckinpah"). Por otra parte aún conserva ese humor juvenil ("Shoot Me In The Head"), asimismo el cliché del rapper seductor "Luv to Fuck" no exenta de aparecer. Existen otros momentos donde se le habla a los que están pasando por momentos difíciles ("Still Get Through The Day") y en la conmovedora "Legends Never Die (Dady's Halo)" honra la memoria de su padre.

En general muchos de los tópicos que se presentan no son nada nuevo aunque esto no quiere decir que el Rugged Man no haya tenido un crecimiento. El problema con el álbum está en la secuencia y el orden de los temas del disco que hace que muchas de las pistas se contrasten unas con las otras, y lo genérico de algunos coros tampoco lo ayudan mucho. Es posible que estabas esperando un trabajo que viniera a revindicar al rap independiente, que lo llevara a otro nivel pero nada de eso sucede y no tendría por qué hacerlo. Legends Never Die es a veces sarcástico, otras se comporta serio con aspectos sociales o personales; hace un montón de referencias al hip-hop, su musicalidad es más alegre y su masterización es más que aceptable pero desgraciadamente hay temas que se sienten como rellenos.

¿Por qué surgen las leyendas? Sabemos en primera instancia que las leyendas son una interpretación de la realidad, es decir, estas surgen a partir de varios puntos de vista, poseen su propia razón, su porqué histórico, sus circunstancias. Pues bien, la leyenda de R.A The Rugged Man es gracias a su vigencia y técnica que la mayoría de los rappers sólo la pueden pueden diseccionar y estudiar celosamente.

mayo 08, 2013

The Dead Weather 
Horehound 

Después de una tediosa decisión para cagar la música que me acompañaría esta semana en mi iPod, tuve que elegir algo para rellenar y aunque previamente ya había escuchado este álbum hace cinco años, al (re)escucharlo de nuevo no puede evitar sentir haber reencontrado una magnifica obra de pies a cabeza. Me refiero a Horehound, el álbum debut The Dead Weather, banda que se le conoce como un supergrupo –tipo Cream o Blind Faith–, ya que incluye a miembros de The White Stripes, The Kills, The Raconteurs y Queens of the Stone Age. Su sonido es denso, espeso, de pronto hasta claustrofóbico y angustiante, con influencias del pasado, del blues más sombrío y fangoso del Mississippi y la Louisiana, del folk más marginal, del country menos comercial, pero sin sonar anticuado en momento alguno, al usar elementos electrónicos procesados y una producción muy elaborada. Las guitarras de pronto logran recordarnos a bandas pre-metaleras como Blue Cheer y en algunos pasajes hay reminiscencias de Jimi Hendrix. El conjunto todo crea una atmósfera enfermiza, oscura, pantanosa, como de ceremonial vudú (o algo parecido). La historia de la banda empieza en el verano de 2008, durante una gira de los Raconteurs, el proyecto de Jack White y Brendan Benson, por los Estados Unidos. La banda abridora era The Kills, el proyecto de Alison Mosshart (alias VV) y Jamie Hince (alias Hotel). Casi al final del periplo, White enfermó de la garganta y no tenía voz para cantar, por lo que Mosshart fue invitada a interpretar los temas que aquél cantaba con los Raconteurs. La química fue tan buena que surgió la idea de realizar un proyecto alterno. Fue así como se reunieron Jack White (batería y voz), “Little Jack” Lawrence (bajo), Alison Mosshart (voz y guitarra) y Dean Fertita (guitarra). Lo primero que grabaron fue una versión de “Are Friends Electric?" de Gary Numan, pero en seguida se pusieron a trabajar en un álbum que produjeron en cosa de semanas en los estudios Third Man que Jack White tiene en la ciudad de Nashville, Tennessee. Horehound (puede traducirse como Oruzuz) es un disco impresionante, en el que la influencia del blues se encuentra todo el tiempo presente, pero se trata de un blues pegajoso y denso, lodoso, cavernoso y al mismo tiempo futurista que tiene algo de diabólico y deliciosamente malvado. Cada uno de los once cortes que lo conforman posee cualidades propias que lo distinguen y lo hacen único, es decir, no hay temas de relleno. Así, pasamos de una especie de reggae delirante en “I Cut Like a Buffalo” a un par de temas llenos de ironía amorosa (o quizá desamorosa) como “Hang You from the Heavens” y “Treat Me Like Your Mother” o viajamos de la locura de un cover de Bob Dylan (“New Pony”) a un boogie lento (“So Far from Your Weapon”), una composición con reminiscencias de spaghetti western (“Rocking Horse”) o una pieza minimalista, hipnótica, profundamente bluesera en su esencia (“Will Ther Be Enough Water”). A lo largo de del disco existe una tensión sexual casi palpable, gracias a la voz de Mosshart, quien para muchos es la principal atracción del grupo y del disco. Su voz, grave y cachonda, es todo el tiempo provocadora, desafiante, altamente sensual y, sí, así es, sexual. Un collage de talentos con una matiz oscura que sabe mantenerse en el punto del sonido accesible e inaccesible sin defraudar la promesa de quienes integran la banda.

mayo 03, 2013

Johnny Marr
The Messenger 

Aunque es reconocido principalmente por ser uno de los dos fundadores de los Smiths (sí, hombre, ya sabemos que Morrisey es aquello y lo otro), en realidad la labor musical de Johhny Marr va mucho más allá. A sus casi 50 años, este notable guitarrista ha colaborado lo mismo con los Talking Heads y los Pretenders que con Modest Mouse y Kirsty MacColl, pero sobre todo formó parte de uno de los grupos menos valorados de la historia del rock, el fantástico The The, al lado de Matt Johnson, y del supergrupo Electronic, en el que compartió estelares con Bernard Sumner (New Order) y Neil Tennant (Pet Shop Boys). No deja de extrañar que con una carrera tan larga (formó a los Smiths en 1982), sea hasta ahora, 31 años después, que Marr ponga en circulación su primer álbum como solista, el espléndido The Messenger. Hay mucho del estilo original de Johnny Marr en este disco. Uno podría imaginar algunos de los temas (como “European Me”, por ejemplo) con la voz de Morrisey. No obstante, sin demérito alguno, la voz de Marr suena más que bien y las doce canciones que conforman el compacto funcionan a la perfección. No estamos frente a un trabajo nostálgico que pretenda recapturar el clásico sonido smithsoniano. Por el contrario, lo que tenemos es una especie de muestrario de los estilos que el guitarrista ha visitado a lo largo de su trayectoria y eso incluye tanto los riffs y armonías de su instrumento como los beats electrónicos y los ritmos dance, cosa esta última que resalta en composiciones como “Word Starts Attack” o la homónima “The Messenger”. Hay otras canciones destacables, como las rocanroleras “Lockdown”, “Upstarts” (¿soy yo o hay algo de Joy Division en ella?) y “The Right Thing Right” (perfecta pieza abridora del disco). The Messenger es un álbum lleno de detalles, de filigrana, de tejido fino. Johnny Marr demuestra aquí cuánto le debió la música de los Smiths a su talento, aunque los mayores créditos se los haya llevado Morrisey.