marzo 26, 2013

The Libertines
Up the Bracket

La gran rueda del revival siempre logra conectar legados o herencias para las nuevas generaciones, ya ha pasado con el mal llamdo indie rock. Pareció (en su momento) que alguien venía a resucitar el legado de The Clash. Bueno, pero llamar a "punk" a The Clash podría ser (para algunos) menospreciar la forma en que la banda había evolucionado en su sonido, aunque claro, se trata del revival y en este caso The Libertines, una banda (post) punk que nos remonta a las obras primarias del punk londinense, eso sí, con un sonido más nítido, ecléctico y mejor producido (adivine quién fue el productor, para saberlo siga leyendo). Cuando The Libertines surgieron fácilmente pensamos en Pete Doherty como un Julian Casablancas inglés y más desdeñoso; la finta visual a la The Strokes apuntaba a que esta banda vendría a sumarse a la camada de bandas de "indie" rock, así decía la lectura de cartas. Sin embargo la banda emula, gracias en gran parte a la atención de la producción Mick Jones. Se basan fundamentalmente en algunas décadas de tradición del rock; desde el blues, pequeños toques dub, melodías del rock británico hasta unos cuantos riffs a la Chuck Berry, para fundirlas en un rebelde, monstruoso y triunfante: Up the Bracket. La banda se combustiona a través de una gama de emociones con un abandono temerario, y justo, cuando algún tema parece estar a punto de partirse en pedazos, logran salir adelante sólo para amenazar sobre un nuevo glorioso colapso en la siguiente canción. Lo que llama la atención es que logren hacer una conjugar una variedad de actitudes con habilidad. Como ejemplo está "Boys in the Band" en la cual logran, en cuatro minutos, fusionar el funk con riffs rasposos guiados por la vocal de Doherty. Por supuesto el álbum ofrece más latigazos y en una parte hacen pausa con más tranquilidad con una balada que logra ofrecer una sensibilidad popular ("Radio America"). Existe riqueza casi indescriptible de rock acechando en este disco, y The Libertines logran hacer casi de todo en apenas casi treinta y tantos minutos. Es que muy peculiar que una banda arremeta con tanta fuerza en un álbum debut muy bien producido, que se conecta con varias raíces del rock. Vale la pena ser escuchado, en serio.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Blah, Blah, Blah!