abril 29, 2013

Ghostface Killah 
Twelve Reasons to Die

Desde que los miembros de Wu-Tang Clan lanzaron sus carreras solistas después de aquel colectivo "Enter the Wu-Tang (36 Chambers)", muchas expectativas se crearon en su entorno ¿pero que tanto cumplieron con lo que se prometió? Veamos: Method Man lanzó un decepcionante y aburrido "Tical" en el 94 que fue superado por un estupendo "Only For Cuban Linx" Raekwon quien jamás volvió a sobrepasarse muy similar a Ol' Dirty Bastard con "Return to the 36 Chambers: The Dirty Version", pasando por Inspecta Deck que ha lanzado cuatro discos muy desapercibidos que sólo son arrebasados por la irrelevante discografía de U-God. GZA por su parte cuenta con el genial "Liquid Swords" y otro par de discos buenos, Masta Killa sólo tiene dos álbumes que pasaron sin promoción, pena y gloria. Eso nos deja con el líder The RZA quien con el paso del tiempo ha estado en cambio constante haciéndose cada vez más ecléctico, y Ghostface Killah, el miembro más activo del clan y que cuenta con mejores álbumes que sus compañeros del clan que hasta hoy en día sigue confirmándose. El décimo LP de Ghostface Killah, ve los cuarenta y dos años de edad del rapero en un período de transición y lo celebra en una alianza con el productor Adrian Younge. Lo que se sirve en este plato es la fluidez y capacidad de GK para recrear imágenes que son ambientadas, abrigadas por exuberantes y teatrales paisajes musicales en una temática sobre las aventuras de un advenedizo gangster contra la mafia de DeLucas. El engranaje del álbum se encuentra en su vibra sesentera (un vintage soul), en el puente entre las palabras y la música que nos sitúen frente a un película que combina el cine gangsteril con el blackxplotation, a su vez, en un cómic lleno de colores y sombras. El tema de apertura, 'Beware Of The Stare', ofrece una presentación melódica para introducir a Ghosface como el antihéore protagonista de esta historia. Los arreglos de los órganos (a veces la aparición de un harpiscordio rondará por algunos temas) de 'The Rise of the Black Suits' nos adentra en su pasado con los DeLucas su conspiración ('Blood on The Cobblestones'). 'I Declare War', es una pieza orquestal con una voz tipo opera que lo prepara para la guerra que se avecina. Como todo buen trama aristotélico tiene que haber romance, en este caso la hija del Don, Carmela DeLucas se vuelve 'The Center of Attraction'. Asimismo hay momentos de paranoia y emboscadas ('Enemies All Around Me' y 'An Unexpected Call (The Set Up)'), no obstante es hasta 'The Rise of The Ghostface Killah' y 'The Catastrophe' donde la historia alcanza el clímax que lo lleva a los esperados enfrentamientos finales con sus enemigos ('Murder Spree') y al desenlace en 'The Sure Shot (Part.One & Two)'. Si bien el álbum a simple escucha pareciera que no tiene defectos, hay un elemento de fortaleza rítmica que falta, y aunque rebosa la tensión; el sonido en general se siente hueco y la historia no ayuda en mucho con su redundancia, pero que en su defensa, la violencia y el sexo pertenecen a la tradición literaria y que éste disco va más allá de una estricta narración que glorifica la misoginia y el uso de las armas comúnmente muy asociada con el hip-hop. Si Iggy Pop buscaba una razón para morir, Tweleve Reasons To Die, encuentra, como lo indica el titulo, doce para hacerlo. Es gran álbum, una visión satisfactoria para las mentes de Younge y Ghostface (que cuenta con gente de su clan como estrellas invitadas y personajes secundarios). Experimental para el itinerario de sus carreras, es un disco de corta duración que bien rinde homenaje a las películas spaghetti western y a Ennio Morricone.

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