marzo 04, 2013

Blur 
Best of 

Hagamos el siguiente ejercicio de memoria, si preguntamos por los 90s ubicando la cuestión en el rock británico ¿qué es lo que recordaría de ese ámbito? 1) En los hermanos Gallager haciendo un montón de canciones recicladas de Wonderwall y su protagonismo en los medios por sus declaraciones en contra de todos -incluidos ellos mismos-. 2) El disperso y extraño Screamadelica de Primal Scream. 3) A Jarvis Cocker intentado dejar a Pulp. Si bien fueron más eventos que mencionar en el paisaje post-britpopero, deberíamos haber visto en esta década algunos momentos de la discografía de Blur. Conocidos por ser la banda enemiga de Oasis y por algunos singles, Blur es fácilmente uno de los mejores exponentes que emergieron del revival del mal llamado brit-pop. Notablemente influenciados por The Beatles, The Kinks, una cucharadita de Stone Roses, pizcas de The Clash y un puñado de The Smiths, el cuarteto forjó un sonido uniforme y accesible. A pesar de contar con seis álbumes, el reconocimiento de esta banda siempre se encontró en sus singles y este Best Of es la re-afirmación de ello, y que, paradójicamente es la manera perfecta de establecer su posición en el mundo del rock como también reencontrarse y enamorarse de nuevo de esos singles noventeros. Las recopilaciones son un in memoriam de lo que alguna vez fue y por otro lado un documento de lleno de hits para un público no conocedor, iniciado o muy poco interesado. Al igual que con cualquier retrospectiva, la lista de canciones no va a complacer a nadie (al menos entre los fans), por ejemplo de su segundo álbum, Modern Life is Rubbish , sólo fue elegida "For Tomorrow" omitiendo a "Chemical World" y "Popscene". Además se excluye rotundamente el himno de Trainspotting, "Sing", un tema de perfección psicodélica que contrasta con muchas de las jubilosas canciones pop que aquí se presentan. Aunque con carente de una cronología, el disco abarca todas las facetas de la carrera de Blur. Pues nos encontramos con el temprano "She's So High", el glamouroso pop de "Girls & Boys", el distinguible sonido a la The Kinks con "Country House", y los contrastantes lo- fi británico de "Beetlebum", "Song 2" y "On Your Own". Lo único nuevo que se incluye en este recapitulado es "Music is my Radar" (esta es la única garantía de adquisición), un tema minimalista y groovy que combina la falta de definición con un pop haraposo. Si alguien se pregunta el por qué de un Best of tan mal organizado, se debe a que Damon Albarn, quien ya había dejado su historia con su banda, negoció con EMI la creación de este disco a cambio del debut de Gorillaz. Blur no inventó el Brit-pop sino que le dio la perfección y el nivel estilístico que necesitaba, le abrió la puerta a grupos que han ayudado a contribuir a la pila del compost de un Top 40 de alguna estación de radio o revista. Y sí, Blur pudo haberse quedado estacada como una boy band pero no hay duda de que fue más allá siendo inteligente, agradable y más experimental.

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