julio 02, 2012

Damien Jurado
Caught in Trees

New York, como la mayoría de las metrópolis, es un bosque de raíces hechas con las vidas y los padeceres de quienes ahí se entienden con la soledad y el estrépito. “Al caminar por la ciudad, muy raras veces volteamos para mirar hacia el pasado”, escribió John Cheever acerca de tal costumbre urbana. Sin embargo la narrativa de este autor revirtió la costumbre para hablar con perspicacia e intensidad a nombre de New York “antiguo” y erguirse en una especie de barómetro de la vida cotidiana. Cheever exploró con su pluma las decepciones y temores de hombres y mujeres urbanos y suburbanos, así como sus intimaciones. En forma más precisa que otros, él observo y dio voz a las inesperadas angustias que se encuentran bajo las superficies de las vidas comunes. John, en 1982, falleció, en ese momento lejos un aburrido muchacho hojeó a este escritor que l dejo inquieto y pensativo, su nombre es Damien Jurado. Hoy ese lector azaroso es un cantautor que, junto a Elliott Smith, es considerado como uno de los mejores exponentes del rock folk que habla de la parte oscura de la vida urbana y suburbial como lo hizo su admirado Cheever. Caught in Trees es una contraposición de lo que fue Waters Ave S cuando el folk no era lo que es ahora, es decir sin ser cristalino, ser lo-fi y los interpretes no eran tenidos como románticos incurables sino como espíritus atormentados. No obstante este álbum grabado en el 2008 es irresistiblemente seductor, abriendo ventanas en las que en And Now That Im In Your Shadow se asomaba. Pero este álbum es auto biográfico, es la narrativa de su divorcio después de 13 años de estar casado. Jurado desnuda sus emociones con alto voltaje y muy directas frases a su ex pareja en la ironía del optimismo. Descripciones como dormir entre las sabanas en las que el amante de su mujer, consigue transmitir emotividad sin caer en el dramatismo innecesario de una historia dolorosa. Tras estos relatos triangulares, letras con infidelidades, traiciones y desamores y colecciones de fracasos, anhelos rotos y vidas deshilachadas se encuentra en la espera de algo que nunca llega. El autor habla en sus piezas de estas situaciones para encarar a un mundo falto de control y en nada susceptible a la definición en términos racionales. Una observación atingente y aguda en su entorno que describe un mundo cuya aflicción de hombres y mujeres se convierten en criaturas furtivas que pese de alguna manera y pese a todo mantienen una cierta pureza en ese “mundo perdido hace tiempo”, como los describiera Cheever en su momento.

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