julio 09, 2012

Aesop Rock
Skelethon

En el arte se ha permitido el desafió entre la mortalidad y la eternidad, cuando un artista no puede reclamar su mejor momento; la muerte ofrece una fuerza positiva para la creatividad. La inflexión de la vida se narra en oscuros juegos de palabras sarcásticos donde se junta en un capitulo nuevo llamado Skelethon, un espacio que le permite centrarse en los detalles microscópicos que hacen único a Aesop Rock. Tras seis años desde None Shall Pass, con algunos proyectos como la producción de la tercera entrega de Felt o junto a Rob Sonic en Hail Mary Mallon, le han permitido canalizarse tras la perdida de un amigo y la desintegración de su matrimonio para estructurar el embalaje de fraseos extraños pero fascinantes. Dark Zero Thirty -el primer single promocional-encuentra un ángulo perpendicular a todo; la división del camino fácil cuando se puede debatir sobre uno nuevo. En el transcurso del álbum hay un saqueo a la gama de emociones, sobre la “sintetización” de las culturas en un escenario (ZZZ Top), burlas hacia lo críticos de moda (1,000 o’clock), una simple historia sobre la fragilidad de la vida (Ruby ’81). Diferentes extractos de metáforas mezcladas con vivencias engendran ópticas extrañas, en Leisureforce “los orcos tiran de los remos a través de las algas mientras que las aves carroñeras hacen una limpia recogiendo cadáveres” (Crows 1 y 2). Este es el quid de este álbum; que se cierne detrás de las sombras de las palabras a veces frenéticas (Tetra) en beats enteramente auto-producidos por él. Aunque este trabajo fue construido en los bordes aún así encuentra el escape en vistazos reales ante una crisis personal que se cataliza en su trabajo más íntimo, sombrío que no es tan aceptable al principio. La claridad de la muerte permite afrontar el duelo.

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