mayo 13, 2012

Damon Albarn
Dr. Dee

Hay una aclaración y una advertencia inicial sobre este trabajo: Si no has visto alguna ópera o, lo que es más, no tienes la paciencia para ver una, debes alejarte en seguida. Si lo que esperas es por otra parte es una ópera popera con ganchos pegadizos y ritmos bailables, hago énfasis en no probar escucharlo. Es de esperarse suponer una semejanza con Tracy Jacks, sin embargo, el anti-héroe John Dee es más complejo; un ser más controversial juzgado durante la época isabelina. Una combinación de prestigio, el fracaso y los malos entendidos, e irónicamente una analogía audio-bibliográfica. Damon Albarn retoma el carácter melancólico más profundo –escúchese en 13- en la suntuosidad de un registro que no tiene lógica o lugar para los que esperan extensiones musicales de Blur, Gorillaz, The Good, The Bad & The Queen o el más reciente proyecto afro-beat: Rocket Juice & The Moon. Pese a las buenas críticas que recibió la puesta de Dr. Dee, la banda sonora falla sin el elemento visual que sirve como estela, escuchar este disco sin el sustento teatral es como una caminata a ciegas. Por otra parte, hay algo de placer en dejarse perder entre las melodías tristes de Albarn y la inmersión de escena (las voces ocasionales que revolotean por ejemplo en “Coronation”) si se deja la esperanza de cualquier tipo de narrativa dominante. Entonces ¿El margen visual es su componente más representativo? ¿Qué es lo que es esta banda sonora exactamente? Hay presencia pop a escala que no podrá mantener los lapsos de atención, incluso de los fans más pacientes. Por otro lado, Damon, aún siendo un icono de la música popular, logra escalar a las alturas de la ópera logrando al final una banda sonora muy sentida pero muy difícil de amar.

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