enero 30, 2012

Tom Waits
Bad as Me

Con este personaje hay dos opciones: la aprobación o el retundo rechazo, sí o no. Se encuentra entre el bando de los fans y los incapaces de escuchar una sola de sus canciones; de los que aman el timbre de su voz como los que no soportan sus cantos guturales. Pero allí está Bad as Me, con dos puntos decisivos: de los que elogian y alegan que es su mejor trabajo desde Rain Dogs del 85, del otro lado están los que lo tachan por traicionar su esencia experimental y vanguardista. Cuál sea su punto de vista, Tom Waits ofrece un álbum brillante, ajustado a la perfección, que regresa a las raíces de la música norteamericana sin el simbolismo de la nostalgia, se hunde en ellas, las re-construye y las regresa a este siglo. El ajuste entre la música y sus habituales metáforas aterrizan sus abstracciones (Chicago), puede sonorizar hasta True Blood (Talking at the Same Time) por su esencia mórbida. Tiene la articulación del divertido rocabilly espolvoreado con tex-Mex (Get Lost), tiene una dulzura campirana (Pay Me), tonalidades de mariachi (Back in the Crowd), el desvío por un jazz sicalíptico (Kiss Me), melancolía (Last Leaf), un agresivo sonido industrial (Hell Broke Luce), hasta la irónica respuesta a los Rolling Stones en Satisfied (‘’Now Mr. Jagger and Mr. Richards I will scratch where I’ve been itching’’). Las opiniones siguen siendo la paradoja de este Lp, que por lo menos y al menos yo, no encuentro fisuras, rellenos, sólo un diamante pulido.

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