noviembre 21, 2011

The Good, The Bad & The Queen
The Good, The Bad & The Queen

Pese a las distancias entre un proyecto u otro, las diferencias y conceptos, lo cierto de todo es que Damon Albarn ha sido un alma errante en la música. La percepción es parte importante de la ampliación musical y junto con la experiencia las ambiciones suelen cambiar las trayectorias. Un nombre como The Good, The Bad & The Queen puede ser tonto pero implica cierto grado de criterio; lejos del optimismo decide adentrarse a un realismo paradójico. La formación con el bajista veterano Paul Simonon, el maestro incuestionable del Afrobeat, Tony Allen, Simon Tong guitarrista y ex mente siniestra de The Verve y Albarn como frontman no traen un gran revuelo del mero aspecto de farándula y escándalo. Traen un álbum coherente casi por defecto pero monocromático. Sin embargo el que sea blanco y negro no es necesariamente algo malo, sobre todo cuando se está fuera del reto de entretener. La tendencia del registro obliga a inclinarse profundamente a la oscuridad, pues en History Song establece el estado de ánimo, abriendo con una guitarra acústica que es pronto para –apenas-concretarse por el bajeo- mientras que Allen se desliza. El piano de 80’s Life se vuelve elemental en un ir y venir a un hipnótico ritmo de sencillez que se ayuda de un delay muy discreto. Northen Wale y The Buting Song son tan prototípicamente provinciales del Rock más inglés. Un mundo pre y post apocalíptico es a lo que Damon se refiere con el que fue el primer sencillo, el spaghetti western de Herculean; el malestar contemporáneo y la refundición de la decadencia moral es tan inquietante como la ciencia ficción. Aunque esa no será la primera vez que se hablará sobre el desastre ¿Por qué la guerra o la referencia a ella? Esta es una impregnación que aparece a la mitad de las canciones: Nature Springs, Behind The Sun, Green Fields y Kingdom of Doom. La reflexión de sus horrores es la alusión en la que gira mucho pero es hasta en Three Changes cuando el Lp vuelve a la vida. En la salida se encuentra la apoteosis en la homónima e intensa The Good, The Bad & The Queen, un tema de tristeza implacable que se convierte en una implosión ruidosa de Art-Glam que deja al escucha en la sensación de que el viaje ha alcanzado el final, plantando las dudas de ¿Dónde hemos estado, y que pudimos aprender del camino? Esta es una respuesta que sólo el que escucha puede resolver, es así como Damon logra dividir opiniones.

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